¿¿Era necesario??

Eso me preguntó mi güera (rubia) cuando veníamos subiendo por la montaña para llegar a casa...
Y es que más o menos cuarenta y cinco minutos antes yo le había dicho: ¿No tienes ganas de que bajemos a pie hasta el buzón? y luego nos venimos caminando despacito, que la tarde está muy bonita...
Ella aceptó y nos fuimos muy alegremente caminando cuesta abajo. Al regreso, la cosa ya no fue tan alegre. Hacía calor, nunca lo habíamos hecho y a decir verdad somos más de librito en el sofá que de vida intrépida.
Por eso mi güera me preguntó "¿¿Era necesario??" pero ella misma se contestó: pues no, ¡pero que bien que lo hemos hecho!
La foto es de la vista desde el salón de casa y da una idea del "paseito" :)